Antes de nada, aclarar que “La Ley de Murphy”
se atribuye a Edwart A Murphy Jr y aun si existir consenso de cómo se formulo
originalmente, normalmente se usa como “si algo puede salir mal, saldrá mal” y
ha dado origen a diversas variantes, subleves, corolarios, etc.
Sin estar totalmente convencido, decidí ir
unos días de vacaciones a España con mi pareja (para arreglar unos papeles que
me debía gestionar la familia y no lo hizo, ver a la familia, a mi Banus
(originalmente, con la intención de traérmelo, aunque luego decidí que no era
un buen momento), ver a los amigos y traerme algo mas de ropa.
Las vacaciones comenzaron con mal pie y como
dice Murphy: Si algo puede ir a peor, ira (y si algo no puede ir a peor,
también ira a peor).
Unos días antes de salir mi amiga de Mallorca,
me dice que se ha ido a vivir con su novio y ha realquilado su piso, así que
toca improvisar, tiene unos bonos de noches en hotel y me ha buscado un hotel
cerca de donde vive.
Además he tenido más gastos de lo previsto
este mes, por reponer productos de limpieza, pagar una deuda (que por
circunstancias no había podido pagar antes)
Y comprar regalos (para algunas personas) y
cosas que he necesitado. Y aunque trabaje algún día en la obra fue poco y pocas
horas, así que mi economía no era demasiado buena este mes. Por suerte mi
pareja reservó los vuelos (y se lo iré devolviendo poco a poco).
Berlín se ha cansado ya del verano y amenaza
con adelantar el otoño (gran putada, porque me toca que deshacer las maletas
que ya había preparado, para dejarlo todo recogido al irme y sacar ropa para el
fresquito.
Por suerte el vuelo de ida a Mallorca no era a
horas intempestivas y además salía del aeropuerto que tengo al lado de casa.
Al llegar a Mallorca debíamos coger un autobús
que nos llevara a la otra punta de la isla, y feliz de mi, al llegar decidí
sacar bastante dinero en efectivo (ya que inexplicablemente solo hay 3 cajeros
de mi banco en Mallorca (cosa curiosa con tanto alemán suelto). Mas tarde
explicaré por que menciono esto.
Llegamos a L’alcudia, donde vive mi amiga, nos
recoge y nos lleva al pueblo de al lado al hotel, que esta cerca de la playa
(cosa buena), tenemos media pensión (en teoría también bien), pero es muuy
cutre (de todas formas agradecer eternamente a Cris habernos ayudado tanto, y
haberse preocupado con nuestros dolores de cabeza que hicimos suyos también).
El edificio era viejo y supuestamente restaurado.
Pero el ascensor, tenía un motor viejo y se
quedaba parado, la limpieza no era ejemplar, la cisterna del Wc no funcionaba y
tuve que desmontar la tapa para hacerlo funcionar de forma rudimentaria, la
puerta de la habitación estaba en bastante mal estado, la puerta del bacón
tenía la manivela para abrir prácticamente rota. El agua caliente en teoría
funcionaba de 18 a 20 horas (aunque nos toco que ducharnos con agua muy fría,
porque no la conectaron). El desayuno era un termo de café del malo, zumo de
naranja que sabia a polvos (puesto en una jarra de cristal para disimular),
mantequilla rancia y pan de molde (que se calentaba en una vieja tostadora que
tardaba unos 10 minutos), no hacían comidas, y para la cena es menú único con
un horario muy cortito (como cosa curiosa nos dijeron que había espaguetis con
bechamel, y nos los sacaron a la boloñesa, con poca salsa. El segundo que eran
san jacobos decidimos saltárnoslo y la bebida nos la cobraron a parte 4 Euros
por una cerveza de litro, marca blanca de un conocido supermercado español). Mi
toalla estaba llena de agujeros por corrosión, el mini baño (que teníamos en la
habitación) estaba con humedad y la pintura pelada en la pared.
En resumen creo (aunque tampoco lo podría
asegurar al 100%) que es el peor hostal donde he estado en mi vida (y he
recorrido muchos). Por si a alguien le interesa, si no recuerdo mal se llama
hostal Flamenco (o Flamingo, no recuerdo bien) y esta en Ca’n Picafort y no es
excesivamente barato. Este hotel lo teníamos reservado para 2 noches.
Por suerte eran las fiestas del pueblo y
pudimos ver un precioso espectáculo piro-musical en el mar (que incluía música
actual, como Madonna o Guns & Roses) (yo solo los había visto de música
clásica).
La estancia en Mallorca no fue como
esperábamos, entre otros motivos, porque lo ideal para moverte por allí es
tener un vehículo (moto o coche), ya que el transporte público es deficiente en
general.
Mi amiga Cris nos recogió el segundo día para
hacer una rutita a caballo en “El Rancho Grande” (es un sitio espectacular, con
infinidad de caballos, donde también se puede comer muy bien, y hacer otras
actividades. lo recomiendo encarecidamente, si vais a Mallorca), por suerte
como ella había trabajado allí, y tenia confianza nos fuimos solos (y gratis) y
fue una muy grata experiencia (aunque mi caballo era un cabrón que me
vacilaba).
Paseamos por la playa en una ruta a L’Alcudia
para ver a Cris y pisamos chapapote (mezcla de petróleo y arena, de algún
pequeño vertido) que me acompaño casi hasta Berlín en los dos pies.
Fuimos a una cala bastante exclusiva a hacer
Snorkel, donde pretendíamos entrar a una gruta, (aunque la marea y no tener
aletas para todos, nos lo impidió). El
amiguete que nos tenía que llevar se durmió y se hizo muy tarde, por lo
que no pudimos hacer una ruta por la montaña que teníamos pensada para después.
Hicimos una mas corta nos pilló una tonta tormenta de verano que nos empapo y
cogimos un camino equivocado, que nos desvió del destino buscado.
Fuimos a Internet a reservar el barco, pero no
habían plazas para cuando queríamos (fallo enorme no haberlo reservado antes) y
para reservar el primero que salía me faltaban unos 15 Euros en la tarjeta (por
haber sacado de mas el primer día).
Además al día siguiente debíamos salir del
hotel y aun no sabíamos donde dormiríamos hasta que saliera.
La mañana siguiente nos dijeron que no tenían
plaza en el hotel para nosotros y perdimos la mañana pensando que hacer.
Finalmente nuestra salvadora Cris nos encontró uno en L’Alcudia, barato, dentro
de la muralla, con agua caliente, bañera, limpio y maravilloso.
Después en Internet busqué barcos a destinos
alternativos, para luego ir en bus hasta mi casa, Cris nos prestaba su tarjeta
para reservar si era necesario, pero al final encontramos uno mas barato y que
salía a los 2 días a medio día (lo cual nos permitía ir en bus sin madrugar
demasiado y dar una vuelta por Palma)
que pude reservar sin problemas, solo con mi tarjeta.
Fue una pena no poder estar más tiempo con
Cris, y agradecerle más todo lo que hizo por nosotros.
fotos del castillo de fuegos artificiales del primer dia
paseito a caballo por bosque cerca de la playa
Txapapote recuerdo de Mallorca
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