Al salir de clase vuelvo con un compañero
Peruano, le comento lo que me ha pasado (gran error, ya que cuando haces algo
incorrecto, cuanta menos gente lo sepa, mejor, ya que te pueden delatar
intencionadamente, o por ponerse nerviosos). Entonces suben tres revisores
(vestidos con pantalón azul, camisa blanca y chaqueta azul, con su acreditación
colgando del cuello) por suerte el tren esta tan lleno que no piden billetes,
pero mi amigo se pone nervioso, no deja de mirarlos y mirarme a mi, diciéndome
bajito en español que me baje en la siguiente parada. Yo le digo que deje de
hablar y los ignore, ya que si no llama demasiado la atención (y eso no
interesa).
Finalmente, tras ignorarlos bajan en dos
paradas.
En dos paradas más hago un cambio del U-Bahn
al S-Bahn, prosigo el camino a Gesundbrunnen (que es otra de las estaciones
grandes de Berlín, para pagar el billete con tarjeta (y así ahorrarme así la
comisión del cajero), en ese momento sube un chico joven vestido de turista
pijito, pero con pintas de intento de policía frustrado (al que no aceptaron en
la academia) (corte de pelo estilo militar, mirada inquisitiva intentando
fichar a la gente), entonces se dirige a dos chicas Turcas con no muy buenas
pintas (pero que tampoco hacían nada malo) pasando por delante de mi. Frente a
ellas se saca la cartera y enseña un carnet de la BVG, mientras saca de su
bolsito un aparato (del tamaño de un lector de tarjetas de crédito) para
comprobar los billetes.
Me quedo mirando la puerta, y a las chicas
(pensando en si salgo o no).
La señal acústica avisa de que ya llegamos a la
siguiente parada. Veo bastante movimiento en el interior del tren, me levanto
disimuladamente avanzando hacia la puerta más lejana del revisor. En ese
momento alguien abre la puerta y dos personas salen corriendo como alma que
lleva el diablo desde mi vagón. En ese momento veo a tres personas mas que
corren por fuera desde la parte trasera del tren, mientras al revisor le sale
una voz del walky talky de la que puedo medio entender: “Tres corren hacia ti,
ayuda” veo a dos revisores mas de paisano correr detrás de los que huían,
mientras el que discutía con las chicas turcas mira a todas partes con cara de
frustración.
Yo decido que tal vez no es la mejor parada
para bajar y me quedo entre un grupo de punkies que están bebiendo cerveza en
el tren (es un sitio bastante seguro, a estos no les piden el billete, porque
les escupirían a la cara) y en la siguiente parada ya bajaré.
Por esperar me pase de parada., pero me
camufle entre la multitud. Los revisores bajan también en esa parada después de
mí y piden billetes por el andén, así mi amigo y yo decidimos seguir dando un
poco de rodeo a otro S-bahn.
Mi amigo se queda pensando y me dice que
tienen un billete viejo que me lo da
para usarlo. Intento ficharlo, pero ya viene el siguiente S-bahn y
subimos corriendo a el para huir de los revisores y no perder tiempo buscando
la canceladora.
Tranquilidad que seguirá ….
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