dimecres, 3 de juliol del 2013

¡OH DIOS MIO! UN MAL DIA PARA COLARSE (parte 2) Oh mein Gott! Ein schlechter Tag für Schwarzfahren (teil 2)






Al salir de clase vuelvo con un compañero Peruano, le comento lo que me ha pasado (gran error, ya que cuando haces algo incorrecto, cuanta menos gente lo sepa, mejor, ya que te pueden delatar intencionadamente, o por ponerse nerviosos). Entonces suben tres revisores (vestidos con pantalón azul, camisa blanca y chaqueta azul, con su acreditación colgando del cuello) por suerte el tren esta tan lleno que no piden billetes, pero mi amigo se pone nervioso, no deja de mirarlos y mirarme a mi, diciéndome bajito en español que me baje en la siguiente parada. Yo le digo que deje de hablar y los ignore, ya que si no llama demasiado la atención (y eso no interesa).

Finalmente, tras ignorarlos bajan en dos paradas.

En dos paradas más hago un cambio del U-Bahn al S-Bahn, prosigo el camino a Gesundbrunnen (que es otra de las estaciones grandes de Berlín, para pagar el billete con tarjeta (y así ahorrarme así la comisión del cajero), en ese momento sube un chico joven vestido de turista pijito, pero con pintas de intento de policía frustrado (al que no aceptaron en la academia) (corte de pelo estilo militar, mirada inquisitiva intentando fichar a la gente), entonces se dirige a dos chicas Turcas con no muy buenas pintas (pero que tampoco hacían nada malo) pasando por delante de mi. Frente a ellas se saca la cartera y enseña un carnet de la BVG, mientras saca de su bolsito un aparato (del tamaño de un lector de tarjetas de crédito) para comprobar los billetes.

Me quedo mirando la puerta, y a las chicas (pensando en si salgo o no).

La señal acústica avisa de que ya llegamos a la siguiente parada. Veo bastante movimiento en el interior del tren, me levanto disimuladamente avanzando hacia la puerta más lejana del revisor. En ese momento alguien abre la puerta y dos personas salen corriendo como alma que lleva el diablo desde mi vagón. En ese momento veo a tres personas mas que corren por fuera desde la parte trasera del tren, mientras al revisor le sale una voz del walky talky de la que puedo medio entender: “Tres corren hacia ti, ayuda” veo a dos revisores mas de paisano correr detrás de los que huían, mientras el que discutía con las chicas turcas mira a todas partes con cara de frustración.

Yo decido que tal vez no es la mejor parada para bajar y me quedo entre un grupo de punkies que están bebiendo cerveza en el tren (es un sitio bastante seguro, a estos no les piden el billete, porque les escupirían a la cara) y en la siguiente parada ya bajaré.

Por esperar me pase de parada., pero me camufle entre la multitud. Los revisores bajan también en esa parada después de mí y piden billetes por el andén, así mi amigo y yo decidimos seguir dando un poco de rodeo a otro S-bahn.

Mi amigo se queda pensando y me dice que tienen un billete viejo que me lo da  para usarlo. Intento ficharlo, pero ya viene el siguiente S-bahn y subimos corriendo a el para huir de los revisores y no perder tiempo buscando la canceladora.

Tranquilidad que seguirá ….








un billete que pudiera ser el que me salvo 
(si esto fuera una historia-confesion real)






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